Desde el Bronx para el mundo
Un movimiento sin fronteras
La cultura HH se originó en la década de 1970 en el sur del Bronx. Impulsada por jóvenes afroestadounidenses y latinos que buscaban una forma de expresión, amplificar su voz y contar su realidad. En palabras de Chuck D “El Rap es la CNN de los negros en Estados Unidos” (1988). A lo largo de los años se ha expandido influyendo una amplia gama de géneros musicales y movimientos culturales. Desde Estados Unidos hacia toda América y el resto del mundo. Es una muestra más de las producciones culturales que la diáspora africana desarrolló en este continente. Prueba de ello es su continuidad del legado afroestadounidense en lo musical, como también su esencia comunitaria y su estética.
Como dijera una de las voces más reconocidas y autorizadas dentro del movimiento, KRS One:
«Hip es saber, es una forma de inteligencia. Ser hip es estar actualizado y relevante. Hop es una forma de movimiento, no puedes simplemente observar un salto, tienes que saltar y hacerlo. Hip y Hop son más que música. Hip es el conocimiento, Hop es el movimiento. Hip y Hop es movimiento inteligente.»
Ese binomio fue una bandera para muchas personalidades dentro de un movimiento que sin resignar contenido por forma creció a pasos agigantados década tras década. Ganó territorio en las calles y en diferentes industrias. Muchas veces se habló de Hip Hop, sus elementos y una historia casi de cuentos quitándole una mirada política y racial, reforzando la idea de que fue algo netamente ligado al entretenimiento y la autosuperación. Y es que el entretenimiento y la autosuperación son una parte, pero no el todo. Esta publicación se propone dar a conocer algunos sucesos y casos concretos del Hip Hop como movimiento colectivo, consciente, maduro y profundamente político.
Sugar Hill Records
El primer sello discográfico 100% Hip Hop
Fundado en 1979 fue un sello discográfico revolucionario en la industria Hip Hop. Por su enfoque, ser un sello especializado en la materia, y porque una de sus fundadoras fue una mujer afroestadounidense. Sylvia Robinson junto a Joe Robinson establecieron Sugar Hill Records en Englewood.
Se transformaron en el hogar de algunos de los artistas más influyentes de la época. The Sugarhill Gang, cuyo icónico sencillo «Rapper’s Delight» se convirtió en el primer éxito comercial Hip Hop. No sólo lanzaron exitosos sencillos y álbumes, sino que ayudaron a establecer las bases del género y visibilizar artistas afroestadounidenses. La representación en la industria musical en ese entonces era limitada. La contribución de Sylvia fue un hito sumamente importante. Su visión y determinación allanaron el camino para muchas mujeres y artistas afroestadounidenses en la música. Sin lugar a dudas marcaron una referencia en la historia de este movimiento.
Además de la música, el Hip Hop influenció en la estética a nivel global. Desde las combinaciones de conjuntos deportivos, hasta resignificando el uso de distintas prendas, como accesorios, sombreros o incluso borcegos. Como sea y en cada década comunicó “blackness”(negritud) como el reconocido caso de FUBU.
FUBU, para nosotrxs por nosotrxs
Las bases del streetwear
FUBU, abreviatura de «For Us, By Us» (Para nosotrxs, por nosotrxs), es una marca de ropa que se convirtió en símbolo de empoderamiento y orgullo para la comunidad afroestadounidense. Surgió en 1992 como una respuesta a la falta de representación y oportunidades para los diseñadores y empresarios afroestadounidenses en la industria de la moda. La idea fue concebida por cuatro amigos de Hollis, Queens (Nueva York): Daymond John, J. Alexander Martin, Keith Perrin y Carl Brown.
Notaron la falta de ropa que reflejara la cultura y el estilo de vida propio. Decidieron que la marca hablara directamente con la comunidad afrodescendiente. El objetivo principal era ofrecer prendas de vestir de alta calidad con diseños auténticos. Así, representar la diversidad y la individualidad de la cultura. Querían romper las barreras y desafiar los estereotipos existentes en la industria de la moda. Al mismo tiempo, proporcionaban una plataforma para que los talentosos diseñadores afroestadounidenses mostraran su creatividad y habilidades.
Se convirtió en un símbolo de empoderamiento económico y cultural para la comunidad transformándose así en una referencia y motivando la creación de otros proyectos afines. Sus prendas incluían ropa casual, deportiva y accesorios. Se volvieron muy populares y fueron usadas tanto por celebridades como por jóvenes de todo el mundo. No solo fue una marca de moda, sino que también se convirtió en una plataforma para el activismo y el apoyo a causas sociales. Los fundadores de FUBU trabajaron arduamente para inspirar y motivar a otros jóvenes emprendedores, demostrando que el éxito y el impacto en la comunidad eran posibles a través del trabajo y la determinación.
Fight The Power: Rap, raza y realidad (1997)
El manual del Raptivismo
Además de las industrias mencionadas el movimiento llegó a tener sus propias publicaciones. Como el caso de una voz autorizada del movimiento, Chuck D. En 1997 y con cinco discos en la escena, el frontman de Public Enemy realizó «Fight The Power. Rap, raza y realidad». Obra indispensable para comprender el movimiento, la industria musical, la historia y mucho más. Con P.E. ya habían marcado un camino, mostrando cómo la música demostraba ser una poderosa herramienta. Para expresar ideas y promover cambios sociales. En su libro nos sumerge en un análisis profundo sobre la raza y la realidad en clave de rap. Nos comparte sus reflexiones sobre la opresión, la lucha y la necesidad de mantenernos despiertos en un mundo lleno de desigualdades.
Nos invita a adentrarnos en su mundo, compartiendo anécdotas personales y perspectivas únicas sobre la lucha antirracista. Expone la importancia de la música como un medio para desafiar lo establecido y amplificar las voces oprimidas. Se adentra en la realidad de la comunidad afroestadounidense y reflexiona sobre el racismo en diferentes aspectos de la sociedad. Aborda temas como la cultura y la industria del rap y su evolución a lo largo de los años. Explora la relación entre la música y la política, y cómo el rap puede ser una herramienta de transformación social.
Es más que un libro y, en palabras de Chuck, no es una autobiografía. En la edición argentina de DIAFAR y Tinta Limón encontramos además del prólogo de Spike Lee de la edición original, el prólogo del Lic. Federico Pita (fundador de DIAFAR) y un nuevo texto de Chuck D. En el mismo el destaca cómo gran parte del libro predijo hechos que sucedieron en las dos décadas posteriores del lanzamiento, afortunada y desafortunadamente. «Fight The Power: Rap, Raza y Realidad» inspira a tomar acción, continuando un legado de la diáspora africana, en este caso desde el Hip Hop como subcultura de la cultura Negra.
Rap Contra el Racismo
Sembrar conciencia en el movimiento
El HH fue evolucionando y ramificándose de múltiples formas. Desde sus elementos más conocidos como la música hasta aquellos menos reconocidos. Sin lugar a dudas y si nos guiamos bajo esta lógica de los elementos, el quinto de ellos es el Conocimiento. A través de la campaña “Rap Contra el Racismo” este elemento buscó sembrar conciencia en el movimiento y para afuera. En el año 2011 el rapero afroespañol conocido como El Chojín en conjunto junto con Movimiento Contra La Intolerancia lanzaron la campaña “Rap Contra el Racismo”. Junto a varios referentes del rap español. Al año siguiente la organización afroargentina DIAFAR articuló con El Chojín para replicar la canción y videoclip con artistas de la escena nacional y de la región. Esta experiencia impulsó a que la campaña se replicara en otros países de latinoamérica como México, Colombia y Perú.
Años más tarde y a raíz de actos racistas en espacios de masiva llegada en la Argentina, una vez más DIAFAR impulsó una segunda edición de “Rap Contra el Racismo”. En ella se sumaron voces de artistas nacionales que habían emergido entre la primera y la segunda campaña. Sin lugar a dudas “Rap Contra el Racismo” se transformó en una plataforma que instaló y seguirá instalando el tema en la agenda, para no olvidar los orígenes de un género donde el racismo no tiene lugar.
Fuente: Suplemento Negrx, Página 12